Las nóminas de
los medios potosinos se cubren con el dinero del pueblo. Ejemplo es el diario
pulso, de 50 páginas de su edición diaria, solo 2 son de publicidad comercial.
Sus dueños son multimillonarios pero sus “periodistas” tienen un sueldo
miserable de 3 mil 500 mensuales, por lo que se ven obligados a recibir chayote
o ser “aviadores” en dependencias oficiales, como el monero Alfredo Narváez
Ochoa, que sin estudios es director de un centro cultural.