Con la apertura de El Heraldo hace 75 años, el periodismo potosino nació corrupto, fue el medio oficial de Gonzalo N. Santos, los reporteros pronto aprendieron a aceptar extorsiones y chantajes de cantinas y lupanares. Hasta la fecha la posición más codiciada y corrupta es en la “fuente” de policía, los criminales, políticos, ricachones y gente común les pagan por no publicar notas que los involucre. El monero Alfredo Narváez Ochoa no tiene competencia extorsionando con sus cartones