En el sistema penal acusatorio mexicano basta la presentación de pruebas para condenar al acusado, y en el caso de Alfredo Narváez Ochoa las pruebas abundan en sus 35 años de vivir sin un sueldo que explique su subsistencia y nivel de vida que lleva ¿Cómo explicaría su puesto actual de director de un centro cultural sin estudios profesionales y mintiendo en su CV? Tan fácil como eso. (Eric Muñiz de la Rosa)