Tuesday, May 8, 2018

DOS ACTOS REDIMEN A UN MALHECHOR O DELINCUENTE, SU CONFESIÓN O ADMISIÓN DE HABER HECHO MAL Y SU ARREPENTIMIENTO DE HABER FALTADO A LA SOCIEDAD. NO ES EL CASO DE ALFREDO NARVÁEZ OCHOA, PUES SABIENDO QUE POR 35 AÑOS NO HA TENIDO UN EMPLEO QUE JUSTIFIQUE SU SUPERVIVENCIA Y LA DE SU FAMILIA SIGUE DEVENGANDO UN SUELDO ILEGAL, OBTENIDO TRAMPOSAMENTE, COMO DIRECTOR DE UN CENTRO CULTURAL GUBERNAMENTAL


Dos actos redimen a un malhechor o delincuente, su confesión o admisión de haber hecho mal y su arrepentimiento de haber faltado a la sociedad. No es el caso de Alfredo Narváez Ochoa, pues sabiendo que por 35 años no ha tenido un empleo que justifique su supervivencia y la de su familia sigue devengando un sueldo ilegal, obtenido tramposamente, como director de un centro cultural gubernamental. (Eric Muñiz de la Rosa)