Alfredo Narváez Ochoa publicó 2 libros
pagados por el gobierno estatal, que luego, por cientos, los vendió a
dependencias oficiales y al Congreso del Estado, negocio redondo, libros de
estampitas, sin letras, mucho menos palabras, con ellos bajo el brazo se dedicó
a dar “conferencias de periodismo” en universidades patito.