Tuesday, February 4, 2014

EDUARDO LÓPEZ CRUZ NO ES NADA NI NADIE EN EL PERIODISMO POTOSINO

por Eric Muñiz de la Rosa

No es nadie, ni nada. Puede que tenga los conocimientos necesarios para ser periodista, pero los tiene mal encausados, peor que eso, ha fracasado como periodista.

Para empezar, en ningún medio de comunicación que ha trabajado ha dejado huella, peor aún, en donde ha trabajado ha causado desavenencias entre sus colegas y se ha visto obligado a salir de ahí. ¿Cuál ha sido la razón? Sencillamente Eduardo López Cruz siempre ha pensado que es mejor que el jefe de redacción que tiene arriba de él; piensa que él es mejor que el jefe de sección o editor que le corrige sus notas; piensa que es mejor que el mismo director del medio para el cual trabaja.

Y ese ha sido su mayor problema. Piensa que es el mejor. ¿Y cuál ha sido su resultado? Que no ha trabajado como periodista el tiempo suficiente, y poder comprobar que es periodista, como para decir que tiene un historial de periodista. Es más, búsquese algo de él en Google, una nota, un artículo, una columna. Nada.

Si, trabajó en Dios sabe qué posición en El Heraldo. ¡El Heraldo! El peor diario en una ciudad, en un estado donde ni siquiera se practica el periodismo verdadero. O sea, el peor entre los peores. Y de ahí salió “gracias” a su personalidad de imaginaria superioridad.

Luego fue a trabajar un periodo de muy mala leche en el vespertino San Luis Hoy, del que salió enemistado con todos sus colegas, desde editores hasta reporteros. Salió de San Luis Hoy porque fue un “incomprendido”. La realidad es que salió de ese diario porque se dio atribuciones que no le correspondían, y cuando el marcaron el alto, se fue herido en su “dignidad”.

A Eduardo López Cruz le vino la oportunidad de oro, le ofrecieron un puesto de máxima importancia cuando se iba a establecer en San Luis Potosí el diario Milenio San Luis. Fue como sacarse la lotería. Por fin podría sacarle la lengua a todos esos enemigos del periodismo que fue haciendo a su paso y que dejó detrás.

Pensó que era el premio a su perseverancia de creerse el mejor sobre los demás, le encomendaron en Milenio que buscara, y formara, un grupo de colaboradores de “primer orden” ¿Y a quien invita a colaborar en ese diario? ¡A mi! Yo que vivo en Chicago, que tengo décadas de no ir a San Luis Potosí no le pasé por desapercibido, mi fama como verdadero periodista llego a él, me quería para “su” periódico..

Si, en efecto, sabiendo que yo vivo en Chicago me dirige un correo electrónico pidiéndome que colaborara con Milenio. ¿Yo, quien ahora dice que me “corrió” de Librevía? Cuando él NUNCA tuvo ni la capacidad ni la oportunidad de llegar a ser en esencia jefe de redacción de Librevía, porque mas tardó en deshacerse de la verdadera Jefa de Redacción, Sofía Padrón Quijano, que lo que duro él en ese puesto.

Y todo lo que aquí escribo es verdad, porque es del conocimiento de los trabajadores del medio. Como verdad es que Eduardo López Cruz, Hilario Hernández y Alfredo Narváez Ochoa, ya se creían dueños de Milenio San Luis, e hicieron aspavientos, y lanzaron cañonazos al aire, y se vieron en una torre de marfil.

Pero por fortuna, quizás por designios divinos, o simplemente KARMA. ¡Todo se les vino abajo!

Dios existe.