Alfredo Narváez Ochoa nunca ganó más del
salario mínimo en cinco años en el diario momento como caricaturista “deportivo”
(que risa) y ha sido en Pulso donde a la sombra de su prima Adriana Ochoa ha
dado rienda suelta a su instinto criminal: Extorsion, fraudes, chantajes,
peculado, entre otros, aparte del chayote.