Si, veinticinco días que el diario Pulso
no publica cartones de Alfredo Narváez Ochoa, algo terrible para quien trabaja
en el oficio peor pagado y sin prestaciones laborales de ninguna clase,
especialmente vacaciones, aunque a Alfredo no le importa porque él vive de
chayote, gozando de un sueldo de aviador en el CEEPAC sin tener que trabajar. Sin
embargo, para su gigantesco ego no hay castigo más grande que no aparezcan sus
monos diariamente en las páginas de Pulso, donde solo le pagan 60 pesos por
cartón. Y es que él se cree periodista sin serlo, un diario sin reporteros y
columnistas no puede existir, en cambio, los moneros como Alfredo Narváez Ochoa
no son indispensables, por esa sencilla razón los moneros no son periodistas.
Que trabajen en un diario es diferente, son como la mosca sobre un buey, el que
va arando es el buey.