Para comprobar que el Premio Estatal de
Periodismo es una farsa, basta decir que se lo han dado hasta a ¡Alfredo Narváez
Ochoa! ¿Por qué privilegiar a los “periodistas”? ¿Por qué no hay premios
estatales para carpinteros, sastres, plomeros y carniceros? Y estos si que de
verdad trabajan, y sin errores, porque si no, no les pagan, y hasta los
demandan.